Mytaki es un estudio fundado en 2006, con sedes en Granada, Almería y Murcia. Sus proyectos parten de la estrecha relación con el lugar, con sus clientes, y un ejemplo de esta conexión es la Casa Campoamor en Alicante, una vivienda unifamiliar equipada con muebles de la serie TWIST de Oiside. Hablamos con Luis Bravo sobre la casa de veraneo en hormigón y vidrio donde interiores y exteriores se desvanecen.
La casa Campoamor es visualmente muy sugerente. ¿Cómo empieza el proyecto, con alguna directriz o referente concreto?
Al comenzar el proyecto no teníamos directrices muy específicas más que las limitaciones urbanísticas y el programa de necesidades; en cuanto a lo estético, el cliente nos transmitió que quería una vivienda orientada al uso estacional de verano y que le gustaba mucho el vidrio. Además de las ganas de hacer un proyecto muy singular…
Destaca la estructura de la vivienda, tan horizontal, con curvaturas, con juegos de espacios, y también los materiales escogidos. ¿Qué se definen primero, las formas o los materiales?
Lo primero que hicimos fue crear un esquema de funcionamiento entre los espacios principales y el lugar y estudiar muy bien esa relación, ya que nuestra idea era hacer una vivienda muy abierta a la pinada que teníamos como telón de fondo y al jardín que proyectamos hacia la orientación sur. Una vez que controlamos el funcionamiento de los espacios principales –y cómo nos queríamos relacionar con el exterior– hicimos un croquis para, a través de estos elementos curvos, dar un aspecto singular al proyecto. La materialidad se concretó una vez que tuvimos este croquis.
¿Cuál ha sido el principal reto técnico del proyecto casa Campoamor?
El reto técnico fue poder unir todos requerimientos que necesitaba la vivienda dentro del diseño planteado. Como pincelada añadiría que al proyectar espacios interiores y exteriores de hormigón, y puesto que existía la necesidad de aislar, buscamos la solución de estructura de hormigón con el aislante en su alma; el resultado es que ambas caras son de hormigón.
¿Qué protagonismo queréis dar a cada espacio, al interior y al exterior? Casa Campoamor es una vivienda muy transparente.
Una idea que siempre estuvo encima de la mesa era la de «espacio intermedio», que reúne las características tanto del espacio exterior como del interior. Eso se puede ver plasmado en el espacio del salón: abriendo los sistemas correderos de carpinterías, la sensación no es de estar «dentro» de la vivienda sino «entre» la pinada y el jardín. Para los espacios exteriores, habéis trabajado con Oiside y los muebles de la colección Twist. Desde que el cliente vio este mobiliario quedó convencido de que lo quería en su proyecto. Fue nuestra primera colaboración con Oiside y lo que destacaría de ellos es la calidad y detalle que junto al diseño consiguen un mobiliario de altísima calidad.
¿Cómo afrontáis la arquitectura y qué representa la Casa Campoamor en vuestro portfolio?
Este proyecto es nuestro máximo referente de vivienda unifamiliar. Afrontamos la arquitectura partiendo del lugar y de los requerimientos del proyecto, y a partir de aquí, empezamos a trabajar; fue así con casa Campoamor. Siempre hemos tenido como referencia la arquitectura japonesa por su aparente sencillez (remarcar el ‘aparente’, ya que en realidad requiere trabajar mucho los proyectos); el nombre de Mytaki nos lo pusimos para un concurso que hicimos y quedó como nombre del estudio.